Hoy tenía muchas ganas de escribir pero he perdido tanto la práctica que no me salía ningún tema interesante. Así que he estado revisando los posts por si se despertaba algo en mi y, he visto que me faltan varios viajes que he hecho en los últimos años.
De los viajes pendientes que tengo se encuentra la escapada en moto hacia Euskadi, la maravillosa isla de Malta, la inolvidable ciudad de Oporto, la improvisación de la escapada a Occitània, Francia, o los días que hemos pasado en Andalucía. Y cómo soy una adicta a seguir un orden lógico, en este caso, cronológico, empezaremos con Euskadi.
En el verano de 2018 decidimos recorrer los 600 km que separan nuestra casa de Bilbao. Si alguien ha ido alguna vez de paquete en una moto naked como la Kawasaki 650 Z sabes lo poco que pensaron los diseñadores en el asiento. Vamos, que te duele bastante el culete. Pero la verdad fue que en esos 600 km no fue tan doloroso gracias a las carreteras rectas y las diversas paradas.
No era la primera vez que estábamos en Euskadi pero decidimos volver por dos motivos: porqué nos quedan muchos sitios maravillosos por descubrir (y los que nos siguen faltando) y, porqué nos enamoró. Así que empacamos y nos lanzamos a la carretera.
DÍA 1 : TRAYECTO HACÍA BILBO
El primer día básicamente fue de trayecto hacía el hotel, el cual se encontraba en Bilbo. Un pequeño hotel en que el ascensor no era muy de fiar y cada día teníamos que subir con los cascos y la maleta por los dos pisos de escaleras. Nada que no arreglen, las ganas de descansar en la habitación, por otro lado, el hotel decía tener aparcamiento, lo que al final no era así, por lo que tuvimos que buscar un pàrquing a parte, siendo el único disponible uno que quedaba a 30 minutos andando... Si un poco desastre.
DÍA 2 : GAZTELUGATXE, GETXO Y BILBO
El día siguiente ya con las pilas recargadas nos fuimos hacia Gaztelugatxe. Como buena fan de Juego de Tronos, aunque no de su final, pero también de estos lugares mágicos, no nos podíamos faltar esta parada. Es un lugar precioso y mágico en el que es imprescindible llevar calzado cómodo, al ir en moto solo llevaba sneakers o botas altas en mi maleta, pero vi muchas personas en sandalias por esos caminos rocosos y solo podía pensar en lo mal que lo podían estar pasando.
Después nos fuimos hacia Getxo para comer y la verdad es que fue una pena no hacer más fotos del lugar porque todo era precioso. Pero el hambre no apretaba demasiado por lo que el primer punto de la misión era encontrar un lugar donde comer. Que por cierto, fueron una de las mejores hamburguesas que he comido.
Y para acabar el día, decidimos dar un paseo en moto por Bilbo con una pequeña parada en mi querida obra arquitectónica de Frank O. Gehry, es decir, el Museo Guggenheim. Debido a que ya habíamos entrado y que ya estábamos bastante cansado, decidimos gozar solamente de la parte exterior.
DÍA 4 : REGRESO
Nuestra pequeña pero intensa escapada llegaba a su fin y era hora de volver a casa. Así que de nuevo, nos lanzamos a la carreteras. Pero esta vez tomamos un camino distinto en el que cruzamos unos hermosos paisajes aragoneses que nos dejaron la espina de volver solo para descubrirlos.
Muy bonitas fotos, se ve que te la pasaste muy bien, saludos:D
ResponderEliminarGenial el post. Que suerte, yo cuando fui a Bilbao no pude ir a Gaztelugatxe. También soy fan de Juego de tronos pero no de su final
ResponderEliminarBesos